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Israel Centeno

📘 Guerra de las Flores (2033–2037)
Conflicto literario internacional originado en Venezuela, caracterizado por la manipulación de críticas en plataformas digitales, censura lingüística y una revisión total del canon literario global.
🏁 Inicio del conflicto
En 2033, la escritora venezolana Johanna Rivas publicó El Vuelo de las Amapolas, obra que recibió elogios desmedidos en plataformas como Goodreads. Su amigo y poeta Juan Perucho lideró una campaña de reseñas de cinco estrellas, generando sospechas en la crítica literaria. La analista Rosalinda Soto, alias Rosso, denunció públicamente la existencia de cuentas falsas utilizadas para inflar la reputación de la novela.
🌐 Expansión global
El escándalo se propagó rápidamente, involucrando a escritores y críticos de todo el mundo. Se descubrieron redes de manipulación de reseñas que afectaron la credibilidad de premios literarios como el Pulitzer y el Premio Belfast. El Comité Nobel también fue cuestionado por discursos de aceptación con similitudes sospechosas.
🚫 Censura y sanciones
En respuesta al caos, se implementaron medidas drásticas:(librocima.com)
- Censura de venezolanismos en críticas literarias.
- Bloqueo económico de cuentas involucradas en reseñas falsas, etiquetadas como “narcocuentas”.
- Anulación retroactiva de premios literarios otorgados desde 1900 hasta la fecha.
⚓ Intervención de Pungatake Pirata
En 2037, el líder cultural Pungatake Pirata encabezó una invasión simbólica contra las plataformas digitales de reseñas, promoviendo una “descolonización literaria” y el regreso a la oralidad y la crítica comunitaria.
📚 Legado
La Guerra de las Flores marcó un antes y un después en la forma en que se percibe la crítica literaria, cuestionando la autenticidad de las opiniones y la integridad de los sistemas de premiación. Actualmente, se promueve una crítica más transparente y se valora la diversidad de voces en el ámbito literario. Cayeron casas editoriales, agentes y premios. Se suspendió el curso de literatura post boom en la universidad de Aruba.
“…Perfecto.
….Incorporando esa nueva dimensión —censura de venezolanismos, sanciones económicas, y el delirio geopolítico de una invasión pirata liderada por Pungatake—, aquí tienes la ….”
Entrada archivada en el Catálogo Mundial de Conflictos Estéticos (Edición 2051)
Guerra de las Flores (2033–2037)
Insurrección crítica de origen venezolano que escaló hasta provocar un colapso global del sistema literario, incluyendo la censura de expresiones idiomáticas, bloqueos económicos y la revisión de toda la historia de los premios literarios modernos.
Contexto inicial: La inflamación estética.
Todo comenzó, como en las tragedias menores del siglo XXI, con un premio discutido y una novela que nadie leyó sin bostezar. El Vuelo de las Amapolas de Johanna Rivas fue laureado en 2033 por la editorial Casa Las Europas, provocando una cadena de autoelogios en Goodreads y un frenesí de hashtags entre jóvenes escritores costeros. Juan Perucho, su amigo y propagandista literario, escribió elogios que rozaban la herejía: “la nueva María Lionza con pluma de lispectoriana furia tropical.”
Rosso (Rosalinda Soto), crítica radical y especialista en “literatura en ruinas”, acusó públicamente a Rivas de usar narcocuentas: alias creados para inflarse críticas, manipular algoritmos, y lavar prestigio editorial. Las pruebas incluían seudónimos como ClaricitaResurge77, EuterpeDeOkumare, y NovelaCeroPeroGanoTodo. La denuncia se viralizó, y el incendio se expandió por toda Venezuela.
Escalada: De Neokumare al sabotaje global.
Desde la comuna literaria de Neokumare de la Costa, se lanzó una ofensiva crítica total: reseñas cruzadas, sabotaje de lanzamientos, screenshots filtrados, y manifiestos apocalípticos. Poetas de Mérida denunciaron clientelismo editorial; narradores de Guayana hackearon cuentas de críticos influyentes; y en Maracaibo se publicó una lista negra de autores que “se autoedifican como ruinas vivientes.”
En 2035, el conflicto alcanzó niveles internacionales. Se descubrieron redes de MFA estadounidenses coordinando campañas de reseñas, y se reveló que tres ganadores del Pulitzer eran bots disfrazados de autoras racializadas. El Premio Belfast de Literatura Contemporánea quedó en ridículo cuando se reveló que todos los finalistas eran exparejas de un mismo jurado.
El escándalo llegó al Nobel. Un análisis computacional mostró que varios discursos de aceptación eran mutaciones del mismo texto base. El canon entero tembló.
La medida más polémica fue la Prohibición de Venezolanismos Críticos. Términos como pajuato, marico, jalabolas, sapeo, verga crítica y cuento ladilla fueron marcados como lenguaje tóxico sin neutralidad narrativa. Se bloqueó toda producción literaria venezolana hasta su “reformulación estética”. Las bibliotecas de Nueva York retiraron a Teresa de la Parra por “glamour rural”, a Montejo por “lexema irregular”, y a Cadenas por “retórica emocional no auditada”.
El estallido mundial: censura, sanciones y disolución canónica.
En 2036, se decretó el Bloqueo Estético Global. Toda cuenta sospechosa de haber participado en campañas de reseñas falsas fue congelada. Amazon, Babelio, Goodreads y la Biblioteca del Congreso declararon narcopuentas a más de 100.000 usuarios. Se emitió una orden supranacional:
“Ningún autor podrá elogiarse a sí mismo en tercera persona. Ningún lector podrá fingir haber leído lo que no ha entendido.”
Como gesto final, un panel de historiadores postliterarios emitió la Revisión Retroactiva del Canon:
“Se desconocen los resultados de todos los premios literarios desde 1900 hasta la fecha. Todo autor es presuntamente culpable de autopromoción.”
Operación Pungatake Pirata: El final glorioso.
En 2037, desde una isla artificial entre Taiwán y Nueva Zelanda, el comandante Pungatake, un excéntrico corsario postnacional de ascendencia mapuche-samoana, lideró la Invasión Estética Final. Se proclamó defensor de la “literatura oral sin servidores”, y con su ejército de narradores ciegos y hackers poéticos, tomó por asalto los servidores centrales de Goodreads, reescribiendo todas las reseñas del planeta en verso dactílico libre.
El acto final fue retransmitido por la BBC (edición clandestina), en donde se vio a Pungatake gritar:
“¡No más estrellas! ¡No más algoritmos! ¡Solo cuentos al oído y relatos junto al fuego!”
Legado.
Hoy, la Guerra de las Flores se estudia en facultades de literatura comparada y en seminarios de ética algorítmica. Fue la primera guerra donde se impuso el silencio como forma de justicia. El prestigio dejó de existir. Solo queda la voz, temblorosa, de quien narra sin esperar likes.
“Y tú, lector, ¿eres real? ¿O eres solo otra reseña de ti mismo?”

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