El Abusómetro de Mao

Israel Centeno

La Torre se Alejandría

Basado en los testimonios del Dr. Li Zhisui

📉 Nivel 1:

👉 Abandono de la higiene personal básica

— Mao deja de cepillarse los dientes. Solo se enjuaga con té y traga.

— Se baña únicamente en piscinas. Se niega al agua corriente.

📈 Nivel 2:

👉 Control absoluto de la corte

— Elimina consejeros críticos.

— Se rodea solo de aduladores.

📊 Nivel 3:

👉 Abuso de mujeres jóvenes

— Reclutamiento de adolescentes para “actividades terapéuticas” en su lecho.

— Infecciones genitales reiteradas y desprecio por el tratamiento.

📉 Nivel 4:

👉 Cinismo biopolítico

— Lanza el “Gran Salto Adelante” sin control logístico.

— Hambre masiva: millones mueren mientras él nada.

📈 Nivel 5:

👉 Decadencia y necropolítica

— Paralizado, gobierna con frases incoherentes.

— Planifica su momificación. Su cuerpo aún expuesto.

El Verdadero Mao es una biografía que ofrece una visión interna de la vida de Mao Zedong a través de los ojos de su médico personal, el Dr. Li Zhisui. El texto no solo se presenta como un relato histórico, sino como un estudio de carácter psicológico y moral, mostrando el deterioro de Mao tanto en su salud personal como en su reino político.

La biografía está construida sobre una cronología clásica que sigue a Mao desde su juventud hasta sus últimos días. Aunque este formato facilita la comprensión del ascenso y la decadencia del líder, corre el riesgo de reducir la complejidad de un personaje contradictorio. Sin embargo, Li rompe ocasionalmente esta linealidad con anécdotas y reflexiones que interrumpen el ritmo histórico para explorar la dimensión humana y política del protagonista.

La voz narrativa del Dr. Li es la de un testigo íntimo: un médico obligado a contemplar de cerca no solo el cuerpo de un dictador, sino también su alma. Esta perspectiva es privilegiada pero no está exenta de ambigüedad. El relato está teñido de una tensión emocional entre la cercanía profesional y la decepción personal. El tono fluctúa entre la confesión, la crónica y el juicio moral. Como lector, uno se pregunta constantemente si lo que se narra es la verdad de los hechos o la verdad emocional de un testigo que sobrevivió al ídolo.

El estilo de Li es sobrio pero cargado de imágenes sensoriales. Las metáforas médicas —la piel, los dientes, la gangrena física— funcionan como símbolos del deterioro político y ético de Mao. El recurso de la ironía es constante: Mao, que promovía la vitalidad revolucionaria, termina como un cuerpo casi paralizado, oxigenado artificialmente, convertido en ícono putrefacto antes de su momificación oficial. La figura del cuerpo enfermo se vuelve una alegoría del Partido: un sistema que ya no respira por sí mismo, pero que no admite su propia muerte.

La obra aborda temas que cruzan la historia de todo régimen autocrático: el poder absoluto, la corrupción de los ideales, la soledad del tirano, la represión disfrazada de purga moral. Mao es presentado como un hombre que devora su propia revolución. Desde el Gran Salto Adelante hasta la Revolución Cultural, Li narra los momentos en que las decisiones de Mao desatan no solo el caos social, sino una decadencia personal irreversible. El cuerpo de Mao se convierte en territorio narrativo donde se imprime el fracaso de su utopía.

La obra ha sido objeto de debate. Algunos acusan a Li de exceso, de resentimiento, de explotar secretos íntimos bajo el disfraz de la verdad histórica. Y, sin embargo, es ese mismo lugar —el de la contradicción ética— el que vuelve al texto más humano y más potente. ¿Cómo juzgar a quien fue testigo y cómplice silencioso? ¿Cómo confiar del todo en quien sobrevivió a fuerza de adaptarse? El libro plantea estas preguntas sin resolverlas del todo. Y eso lo convierte en literatura tanto como en documento.

The Private Life of Chairman Mao no intenta redimir a Mao, pero tampoco lo reduce a un monstruo sin matices. A través de su narración, se abre una ventana al abismo que separa el poder y la humanidad. Mao emerge como un hombre que confundió el cuerpo de la nación con el suyo propio, y que terminó prisionero de ambos. Este testimonio nos recuerda que los dictadores también envejecen, también tiemblan, también mueren. Y que, a veces, la literatura —aunque venga escrita por un médico— es la única forma de decirlo.


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One response to “El Abusómetro de Mao”

  1. exuberant1ef5447547 Avatar
    exuberant1ef5447547

    Del carajo Israel, feliz sábado

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